jueves, 25 de febrero de 2010

Aztecas

Tula, capital de los toltecas, se encontraba vecino a las regiones chichimecas. Probablemente por la propia necesidad de defender los campos de cultivo de la avidez chichimeca, los toltecas acentuaron su espiritu militarista. Durante las escaramusas sufrieron numerosas bajas. A raiz de ello contrataron como mercenarios a otros chichimecas, dandoles tierras y enseñandoles tecnicas agricolas. Entre dichos aliados estaban los tenochcas o aztecas (mexicas).
A medida que Tula se fue despoblando por las luchas entre Quetzacoatl y Tezcalipoca, los mercenarios chichimeca (grupo aztecas) empezaron a apoderarse del gobierno de la ciudad. Los aztecas adoptaron las costumbres y conocimientos toltecas, hablando el náhuetl y se sintieron herederos de las tradiciones teotihuacnas como los toltecas. Cuando los aztecas habían dominado gran parte del valle de Mexico, trataron de justificar su situación elaborando una serie de leyendas que los sindicaba como la nación escogida para dominar el mundo.
Los mexicas aseguraban provenir de Aztlán, sitio mitico que simbolizaba el lugar donde las garzas levantan el vuelo al amanecer; la región donde primero aparecen los rayos del sol que, al vencer a las tinieblas, anuncia la vida. Por esta razón fueron llamados aztecas: "la gente de Aztlan". Guiados por Huitzilopochtli, el dios tribal, emprendieron un lento viaje. Los mexicas atravesaron una serie de pueblos hasta arribar a Tula, donde permanecieron sirviendo como mercenarios a los Toltecas. Llegaron a identificarse tanto con ellos que llegaron a considerarse sus legitimos sucesores. Luego abandonaron Tula y se dirigieron al lago Texcoco, viaje que les tomo 40 años, al final del cual alcanzaron el valle de Mexico en los últimos decenios del s.XIII.

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